sábado, 9 de febrero de 2013
lunes, 4 de febrero de 2013
Acto de solidaridad Canarias con el Azawad
El 2 de febrero se convocó una simbólica Manifestación en las calles de Santa Cruz de Tenerife en apoyo al sufrido pueblo Tuareg del Azawad, y por la
Paz en Mali. Al mismo tiempo se rechazó la utilización militar de Canarias
por las potencias europeas.
Manifiesto de los organizadores:
Azawad, el antiguo
norte del estado de Mali creado por los tiralíneas del colonialismo, es hoy la
vergüenza del mundo.
Lo
es de los estados del África, que parecen más preocupados por no crear
precedentes que hagan cuestionar las fronteras heredadas del colonialismo, que
por resolver un conflicto provocado por éste y del que la intervención de la
CEDEAO, el Africa Occidental, se sabe invasora.
Lo
es del mundo arabo-islamista, temeroso a reconocer un país de mayoría amazigh
que cuestione su hegemonía en Africa del Norte, al tiempo que financia a grupos
terroristas que desestabilicen la necesaria paz entre Mali y Azawad, y la
convivencia de sus habitantes.
Lo
es de Occidente, y particularmente de Francia y sus multinacionales del uranio,
responsables de unas fronteras absurdas ayer, y del doblegamiento hoy ante
intereses económicos, de los ideales de libertad, igualdad, y fraternidad.
Como
siempre, y recordando una vez más que Canarias optó en referéndum por su
neutralidad el 12 de marzo de 1986, España trata de inmiscuir a Canarias en
invasiones militares, en este caso contra la nación hermana amazigh de los
tuareg, Azawad. Algo a lo que, por supuesto, nos oponemos rotundamente.
Durante
más de 50 años, los tuareg se han opuesto a ser gobernados desde Bamako en un
Estado de Mali que basta ver en un mapa su absurda artificialidad. Tal vez
fuera así por el ansia francés por seguir manteniendo sometido a un pueblo, el
tuareg, en la etapa neocolonial.
Hoy
somos conscientes del drama de los tuareg y azawadíes, atrapados en un
conflicto con múltiples frentes que tratan de usarlos como moneda de cambio, ya
sea aprovechándose de su pobreza, o siendo víctimas de la persecución étnica al
regresar como conquistador de un ejército maliense nada dispuesto al diálogo
para resolver los problemas de un Norte, Azawad, del que ya se mostraron
incapaces ante terroristas de la Yihad y narcotraficantes, no quedando otra
salida a los tuareg que ejercer la autodeterminación de Azawad.
Así pues, nos posicionamos contra la utilización de Canarias con fines
militares, particularmente en el conflicto de Mali y Azawad:
-
Consideramos al MNLA (Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad) como
único interlocutor legítimo en el territorio del antiguo norte del Estado de
Mali, actualmente independiente tras su autodeterminación el 6 de abril de 2012
frente al gobierno golpista e ilegítimo de Bamako, como Estado Independiente de
Azawad,
-
Hacemos un llamamiento a fin de parar la escalada militar en Azawad y Mali,
liderada por los intereses económicos de Francia, y construir una paz estable
sobre la base de reconocer a los interlocutores legítimos de ambos países. De
no ser así, el conflicto será interminable y llevará a su propagación en países
vecinos, como por ejemplo, Níger.
-
Debe reconocerse internacionalmente al MNLA como interlocutor legítimo de
Azawad, así como debe buscarse una solución política negociada a fin de
arreglar definitivamente un conflicto que se arrastra desde hace más de 50
años.
Dicho
conflicto se ve agravado con la presencia de grupos terroristas financiados
desde el exterior, siendo el MNLA la única organización que ha podido
enfrentárseles y es capaz de detenerlos sin convertir a Azawad en otro
Afganistán.
Canarias
con Azawad, contra la intervención militar, Autodeterminación y Paz.
2 de febrero de 2013,
La Unidad (Tuzdin)La guerra que intentan ocultar
“Se está produciendo una
persecución que sobrepasa los motivos bélicos y que tiene que ver con el origen
étnico de los sospechosos.”
José Naranjo. Hace sólo dos semanas
publiqué un post en este mismo blog llamado “Una guerra sin focos (por ahora)”,
en la que denunciaba el bloqueo informativo sobre el conflicto de Malí. Ahora
que la guerra está un momento clave, ahora que Gao y Tombuctú están siendo
“liberadas” y que se persigue a los yihadistas “puerta a puerta”, hay que decir
que aquellos primeros temores se han confirmado por completo. Francia oculta
esta guerra y la represión que trae consigo y Malí se limita a seguir,
encantada de la vida, las consignas que emanan de la Quai d’Orsay.
Este conflicto ha supuesto
la puesta en marcha de toda una estrategia de propaganda que se sustenta en dos
pilares. En primer lugar, el bloqueo de los periodistas mediante un intrincado
sistema de controles militares que impide llegar allí donde se está produciendo
la noticia. Los cientos de periodistas que están en Malí no han venido aquí de
turismo ni a permanecer sentados en bares y restaurantes reactivando el sector
hostelero maliense. Han venido a hacer su trabajo. Y Francia lo impide.
“No podemos decir todo, no
podemos mostrar todo. Esto será una visita guiada”. Estas sintomáticas palabras
las pronunció el capitán Keita, encargado de comunicación del Ejército maliense
en Sevaré, el pasado sábado cuando, tras ejercer mucha presión, se autorizó el
paso hasta Konna a un convoy de unos 20 vehículos llenos de periodistas.
Escoltados por los militares, plumillas, cámaras y fotógrafos llegamos a este
pueblo dos semanas después de que se hubiera librado allí una intensa batalla.
Tiempo suficiente, claro está, para llevar a cabo la necesaria “limpieza” y
adoctrinamiento de la población. “Hay cosas que no se pueden mostrar”.
El segundo pilar de la
estrategia consiste en abrir esa espita sólo a los medios “amables”. Es decir,
a las cadenas de televisión y medios públicos ya sujetos a un estricto control
por parte del Estado. Salvo algún hábil y experimentado periodista local que ha
logrado colarse por sus propios medios y contactos, en Gao están France24,
Radio France International y la maliense ORTM para contar lo que el Elíseo
decida que se cuente, trasladados hasta allí en un cómodo avión de guerra
francés.
Hace poco más de una
semana salió publicada al mismo tiempo en L’Express y en El País una noticia
con las primeras evidencias de que se estaban llevando a cabo ejecuciones
sumarias y todo tipo de abusos contra población civil acusada de colaborar con
los yihadistas o simplemente señalados por proceder del norte y ser, por tanto,
“sospechosos”. La publicación de esta noticia generó en los días posteriores
una gran ola de reacciones pues todos los medios se aprestaron a seguir la
pista. Un curtido fotógrafo de Associated Press logró sacar una fotografía de
cadáveres amontonados en el fondo de un pozo.
Pero, sobre todo, lo que
provocó esta información fue un enrarecimiento de las relaciones entre los
ejércitos de Malí y Francia y la prensa. Esta noticia, totalmente contrastada
con imágenes y testimonios, ponía en entredicho el carácter “benéfico” de la
intervención francomaliense y podía afectar a la imagen redentora de las tropas
galas, que no han hecho ningún esfuerzo por saber lo que está pasando
realmente. Esto es, sin duda, parte de “lo que no se puede decir ni mostrar”.
A los periodistas que
llevamos una semana en Sevaré nos han intentado expulsar varias veces a Bamako
tras la publicación de esta noticia. Los militares malienses han llegado a
venir a exigirnos que nos vayamos, ordenando al dueño del hotel que preparara
todas las facturas y nos pusiera en la calle. Sólo las quejas al más alto nivel
impidieron este acto que hubiera vulnerado las mínimas normas, acuerdos y
convenios relativos al trabajo de periodista. Pero las presiones están ahí.
Les dejo de nuevo con el
capitán Keita: “Esta visita a Konna es una prueba, si hacen su trabajo con
profesionalidad luego les podremos llevar a Douentza y a Gao”. Los militares
convertidos en jefes de redacción y los periodistas en una especie de ganado al
que conducir con la vieja técnica del palo y la zanahoria. Pero las evidencias
de que se está produciendo una persecución que sobrepasa los motivos bélicos y
que tiene que ver con el origen étnico de los sospechosos están ahí. Para quien
quiera verlas.
El CMA pide que se reconozca los derechos del pueblo tuareg
El Congreso Mundial
Amazigh (CMA), un movimiento que agrupa y coordina a una parte de la
organizaciones berberistas en el norte de África, en una carta dirigida al
presidente François Hollande, aplaude la intervención francesa en el norte de
Mali, porque se fijó como objetivo “combatir al terrorismo islamista y la
delincuencia”. Sin embargo, el CMA lamenta que Francia haya sido pasiva durante decenios ante los desmanes de los mismos grupos terroristas que ahora
combate en el norte de Mali, “que cometieron secuestros, crímenes y se
dedicaron al narcotráfico, con la complicidad de ciertas autoridades
malienses”. El movimiento amazigh recuerda a Hollande que “los tuaregs llamaron
en vano, a principios de los años 2000, a Francia y a la comunidad internacional
para que les ayudaran a eliminar a los grupos mafiosos”. El CMA dice al
presidente francés que París utiliza dos varas de medir en su política
internacional. Abundando en la misma línea, el CMA también recuerda a Hollande
que el “Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) siempre ha
combatido a los integristas islamistas armados (las últimas batallas del MNLA
fueron contra los grupos de Al Qaeda y del MUYAO y tienen como fecha
noviembre y diciembre de 2012 en Gao y Menaka) en la medida en que este
movimiento dispone de varios miles de combatientes voluntarios, bien
formados y que conocen perfectamente el terreno, porque han nacido y se han
criado allí”. Por ello, el CMA le pregunta al presidente galo por qué motivos
“Francia ignora la oferta” de diálogo planteada por el MNLA. El movimiento
amazigh critica a París porque “apoya solamente al gobierno maliense, aunque
sea ilegítimo, excluyendo al MNLA cuyo objetivo es conforme al derecho
internacional en lo relativo a la autodeterminación”. Asimismo, el CMA pide a
Francia que “clarifique su posición y sus objetivos” en Mali, porque “el
conflicto que opone al MNLA con el gobierno maliense es un conflicto
interno que tiene que solucionarse entre las dos partes implicadas, y con
la participación de un mediador neutral y con credibilidad”.
Firme condena
El CMA explica en la carta al presidente François Hollande que Mali tiene a un país vecino, Níger, “en casi todos los puntos idéntico y donde las poblaciones del norte de este país se han sublevado varias veces y por las mismas razones que en el norte de Mali”. Según el movimiento berberista, el conflicto en la zona del Sahel “puede degenerar y desestabilizar al conjunto de una subregión”. El CMA interpela a Hollande sobre los “crímenes” que ha cometido el Ejército maliense en el norte de Mali desde que Francia intervino militarmente en esta región. Cita a varias organizaciones de derechos humanos internacionales que han hecho esta denuncia y le pide al presidente francés que “condene firmemente” estas violaciones cuyas principales víctimas son los tuaregs y los moros. El CMA espera del jefe del Estado galo que actúe como “un demócrata y a favor de la justicia, de los derechos y de los intereses de África y de sus pueblos, sin discriminación”. La carta ha recibido el apoyo de diversos colectivos, como la Organización Diáspora Tuareg en Europa (ODTE), la Asociación Temoust, la Asociación Corso-Bereber, la Asociación Cultural Amazigh, Tamaynut-Francia y Acción Cultural Amazigh-Laica.
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